23 de Enero de 2013
El Sol que ilumina nuestro cielo durante el día, y los parpadeantes puntos de luz que brillan en el cielo nocturno, son todos ellos estrellas - gigantescas bolas de gas que se quema. Las estrellas nacen a gran profundidad en el interior de gruesas nubes de gas en el espacio. Los astrónomos nos dicen esto, pero para descubrirlo por ellos mismos tuvieron que construir telescopios espaciales que pueden capturar luz que nuestros ojos no pueden ver. Estos telescopio les permiten asomarse a las oscuras nubes donde se forman estrellas para echar un vistazo a lo que hay detrás.
Esta imagen fue capturada utilizando uno de estos nuevos telescopios, llamado APEX. Este potente telescopio fue diseñado para observar el resplandor por el calor de polvo como éste, para revelar los escondites donde se forman estrellas nuevas. Aunque no podemos ver las propias estrellas, su intenso calor ha hecho que las nubes de alrededor se calienten. Estas franjas más calientes de la nube han sido fotografiadas por APEX. En esta fotografía, se muestran con un brillante color naranja. ¿No parece que las jóvenes estrellas hayan prendido fuego a las nubes?
Dato curioso: recoger la luz no visible (luz que no podemos ver con nuestros ojos) del espacio es una tarea complicada. Si nuestro telescopio está en tierra, entonces los datos del espacio pueden mezclarse con datos de nuestra atmósfera. Para evitar esto, los astrónomos enviaban globos a gran altura en la atmósfera con equipo a bordo para estudiar el espacio. ¡Uno de estos globos alcanzó una altura de más de 50 km!