28 de Octubre de 2015
Si te encuentras en un lugar muy oscuro en una noche sin luna, puede que veas un resplandor borroso poco brillante que cruza el cielo, con un abultamiento que brilla con el color blanco de la leche. Esta es nuestra Galaxia, la Vía Láctea. Los antiguos griegos lo llamaban “galaxias kiklos”, que significa “círculo lechoso”. De aquí hemos tomado la palabra “galaxia” y también el nombre para nuestra galaxia, la “Vía Láctea”. ¿Pero qué es ese abultamiento resplandeciente del centro?
Durante mucho tiempo se pensó que era una borrosa nube cósmica, pero un día un hombre llamado Galileo Galilei apuntó su telescopio recién construido hacia ella. ¡Quedó asombrado al ver que realmente está compuesta de millones de estrellas! Están tan apretadas que a simple vista no podemos verlas como estrellas individuales sino que se funden para crear una esfera brillante.
Esta protuberancia es el animado corazón de nuestra galaxia. Pero incluso hoy en día, con telescopios mucho más avanzados que el de Galileo, nos cuesta mucho ver qué hay exactamente dentro del abultamiento. Esto es debido principalmente al polvo cósmico que bloquea la luz de las estrellas antes de que alcance nuestros telescopios.
Sin embargo, existe un tipo de luz que puede viajar a través del polvo cósmico; esta luz se llama infrarrojo. Usando telescopios especiales que detectan la luz infrarroja, los astrónomos pueden mirar a través de las cortinas de polvo cósmico para revelar lo que hay detrás. Haciendo esto, están actualmente descubriendo enormes cantidades de objetos nuevos, ¡incluyendo cúmulos de estrellas y estrellas que explotan!
El descubrimiento más reciente es un nuevo e inesperado grupo de estrellas jóvenes justo en medio de la galaxia. Los puntos rojos de esta imagen muestran su posición. ¡La estrella dorada señala dónde estamos nosotros!
Anteriormente los astrónomos pensaban que el centro de la Vía Láctea sólo contenía estrellas viejas. Pero esto demuestra que allí se han estado formando recientemente estrellas completamente nuevas. ¡Resulta que el corazón de nuestra galaxia es mucho más joven de lo que pensábamos!
Dato curioso
Nuestro Sistema Solar se halla a medio camino entre el centro de la Galaxia y el borde exterior. La luz tarda 26.000 años en llegar desde la protuberancia central hasta nosotros en la Tierra !