Reflejos de satélite sobre la ubicación del CTA

En esta imagen de la semana de ESO pueden verse cientos de objetos astronómicos, incluyendo cúmulos estelares, nebulosas, nubes de polvo y otras galaxias, especialmente la Pequeña y la Gran Nube de Magallanes, visibles en la parte superior derecha. Sin embargo, algo mucho más cercano a nosotros compite por atraer nuestra atención. A la derecha de la imagen, un arco plateado surca el cielo. En realidad, este arco está compuesto por dos líneas, que se ven muy juntas, y que son causadas por la luz del sol rebotando en las antenas de dos satélites de comunicaciones Iridium que actualmente orbitan la Tierra.

Ahora puede parecer vacía, pero esta sección árida y seca del desierto chileno de Atacama pronto se llenará de actividad. El sitio ha sido seleccionado para albergar la parte meridional del conjunto de antenas Cherenkov (CTA, Cherenkov Telescope Array), un importante proyecto de 99 antenas que contemplará estos increíbles cielos en busca de rayos gamma de alta energía. Los rayos gamma son un tipo de radiación electromagnética emitida por los objetos más calientes y potentes del universo: agujeros negros supermasivos, supernovas y, posiblemente, remanentes del propio Big Bang.

Sin embargo, la atmósfera terrestre impide que los rayos gamma lleguen a su superficie, así que en lugar de cazar estos rayos de forma directa, el CTA observará algo conocido como radiación Cherenkov, fantasmales destellos de luz azul que se producen en nuestra atmósfera cuando los rayos gamma interaccionan con partículas. Localizar la fuente de esta radiación permite trazar el origen cósmico de cada rayo gamma. Al igual que su vecino, el Very Large Telescope de ESO, el CTA necesita un lugar seco y aislado para hacer bien su trabajo, y para esto Atacama es perfecto.